La memoria de las relaciones (ES)

Hilando con la teoría del apego de Bowlby, anteriormente vimos como:

• Las personas con estilo seguro tienden a experimentar menos conflictos, más satisfacción, mayor estabilidad y duración en sus relaciones románticas. Son menos sensibles al rechazo, valoran a los demás y no se sienten incómodos dependiendo de ellos.

• Las personas con estilo evitador (temeroso) tienden a tener creencias pesimistas sobre el amor y creen que éste dura poco, disfrutan menos de las relaciones y alcanzan niveles menores de intimidad.

• Las personas con estilo preocupado suelen tener más altibajos emocionales en sus relaciones; se enamoran y desnamoran con facilidad y son proclives a los celos. Todos los estudios realizados hasta la fecha confirman que los de estilo preocupado son lo más inestables y con mayores altibajos.

¿Pero qué pasa cuando una relación termina? ¿Qué recuerdo nos queda? Lo que recordamos de nuestras relaciones pasadas, incluso de las actuales, no es un reflejo fidedigno de lo que ocurrió, sino que es una reconstrucción en la que influyen nuestras creencias y de lo que esté pasando en el presente.



En un estudio sobre las relaciones, se pidió a los miembros de varios matrimonios que redactaran por individual la historia de su noviazgo y matriminio al de un año de que este tuviera lugar. Se repitió el proceso a los tres años de matrimonio. Se encontró que la narración había cambiado y que además este cambio reflejaba las creencias personales.

Existen dos tipos de creencias básicas por lo que respecta a la relación entre pasado y presente:

• La creencia de que apenas hay cambios: la gente cree que características como la inteligencia o la timidez se mantienen estables a lo largo del tiempo y no se puede hacer nada para cambiarlas.

• La creencia de que las cosas cambian: los que creen que cuando una persona se esfuerza y trabaja duro, suele conseguir lo que se propone, como mejorar su inteligencia, vencer su timidez, etc.

En concreto se observó, por ejemplo, que las personas que tenían una visión negativa de su relación al de tres años decían recordar (erróneamente) que en sus inicios era también negativa. Lo mismo para aquellas parejas cuyas impresiones se habían ido haciendo más favorables (recordaban erróneamente que en sus inicios la relación era también favorable).

Las personas que creen que no hay cambios suelen exagerar el parecido entre la situación pasada y la presente, mientras que los que creen en el cambio, exageran las diferencias entre el inicio de la relación y el momento actual.

En general, la memoria (junto con otros procesos cognitivos) es un mecanismo con el que las personas dan sentido a su vida y a sus relaciones. En este dar sentido la memoria hará lo posible por mantener la autoestima y mediante diferentes mecanismos psicológicos intentaremos salir lo mejor parados posibles cuando se trate de una ruptura o fracaso amoroso.
Es por eso que reinterpretamos lo que nos pasaba para que lo que ha ocurrido tenga sentido y, si fuese necesario, redefiniremos a nuestra antigua pareja en términos más negativos. Alguien que en un momento te parecía interesante e ideal, en otro pasa a ser horrible e indeseable. No es que la persona haya cambiado, sino que nuestra opinión sobre ella se ha transformado con ayuda de nuestra memoria que reinterpreta el pasado para salvaguardar nuestra autoestima.

La autoestima es un tema reincidente en psicología, ya que es una de las cosas más preciadas que nuestros mecanismos de defensa psicológicos intentarán proteger a toda costa.

Piensa un poco en la opinión que tienes de tus antiguas parejas o de las personas que te hayan rechazado en el plano amoroso. ¿No te ha pasado que hayas cambiado tu opinión sobre alguien, (por ejemplo, empieza a caerte mal o piensas que no merece la pena) tras una ruptura o rechazo indeseado?