Historias del pasado
El malentendido de niña repelente de la entrada anteior, no es la única acusación infundada que he recibido en mi vida.
Yo tenía un compañero de piso que me culpaba de todo lo que pasaba en casa. Un día no funcionaba Internet y según él, el teléfono tampoco. Entró en mi habitación gritando "¿Qué has hecho con el teléfono?" Yo estaba tranquilamente leyendo un libro sentado sobre mi cama. Detuve mi lectura, levanté la mirada hacia él y contesté "nada". Seguidamente intenté en vano continuar leyendo.
Compañero: bien, pues debes de haber hecho algo, ¿por qué no está funcionando internet, entonces?

Salió todo enfurecido de mi cuarto gritando cosas que no decidí no registrar en mi memoria a largo plazo. Poco después se dio cuenta de que él mismo había desconectado el router por error, al quitar el enchufe de la pared y poner en su lugar el cargador para su teléfono móvil.
No hace falta decir que nunca se disculpó lo más mínimo.
Recuerdo que una vez que llegué de un viaje. Había pasado todo un mes fuera de casa. Aún estaba entrando por la puerta cuando me vio. No había puesto los dos pies en casa cuando no se le ocurre otra cosa que acusarme de algo que ni siquiera podía haber hecho.
Compañero: ¿Dónde has puesto el mando a distancia? ¡No está en la sala de estar!
Alen: No sé si te has dado cuenta de que llevo un mes fuera de casa... Aún no me ha dado tiempo de cerrar la puerta, tengo el equipaje en la mano, no sé… ¿necesito decir más?