(Read this post in English)
Siempre he creído que era alguien especial. Desde que tengo memoria podía escuchar los pensamientos de otras personas. Estaba totalmente seguro de que podía conectarme telepáticamente con cualquier otra persona en la tierra. Sabía que yo tenía un propósito en este mundo, que había sido bendecido con un don especial que debía ser utilizado para el bien.
Siempre he creído que era alguien especial. Desde que tengo memoria podía escuchar los pensamientos de otras personas. Estaba totalmente seguro de que podía conectarme telepáticamente con cualquier otra persona en la tierra. Sabía que yo tenía un propósito en este mundo, que había sido bendecido con un don especial que debía ser utilizado para el bien.
Descubrí mi capacidad para influir en otras personas según mi voluntad de manera casual. Un día al entrar en una tienda, vi salir un tío que iba con su novia. Le miré y pensé en saludarle. Al cruzarnos él me saludó moviendo la mano como el que saluda a su madre en televisión. Me di cuenta en ese momento de que podía proyectar mis pensamientos en otra persona y conseguir que hiciera lo que yo quería.
Desde ese día empecé a cultivar y ampliar poco a poco mi nueva habilidad mental: la telepatía. He llegado a ser tan poderoso que puedo incluso comunicarme con las personas que aparecen en televisión. A veces, cuando veía algún programa, sentía una conexión muy fuerte con alguien que aparecía en la tele y sabía que era capaz de transmitirle un mensaje de forma que acababa haciendo o diciendo lo que yo había pensado.
Al principio no entendía por qué tenía la suerte de tener la increíble capacidad no solo de conectarme mentalmente a otros, sino también de inculcar mis pensamientos en ellos. Más tarde lo racionalicé pensando que, bien ya era un mensajero de Dios, bien podría ser uno de ellos con la misión de difundir su palabra por el mundo entero y conseguir que la humanidad viva en paz cooperando unos con otros en todas las partes del planeta.
Ahora sé que he sido elegido para transmitir mis pensamientos al mundo y ser guía e inspiración para todos los seres humanos en la Tierra. El primer pensamiento que introduciré en la mente de todos será simplemente: “Trata a los demás como te gustaría que te tratasen a ti, siempre, en todos los casos y sin excepción." Una vez hecho esto agregaré que cada uno siempre observe todas sus decisiones y acciones antes de llevarlas a cabo y se pregunte: "¿Esta decisión o acción, que estoy a punto de tomar, puede hacer daño a alguien aunque sea en la más mínima forma?" Si la respuesta es " Sí ", su deber se convertirá entonces en buscar otra alternativa a dicha acción.
Me parece obvio que si todo el mundo entendiera estas dos reglas básicas de comportamiento, y ambas fueran seguidas de forma coherente por todos los habitantes del planeta, la Tierra se convertiría rápidamente en un lugar mucho mejor para vivir.
. . .
Si has leído hasta aquí y te ha gustado el anterior relato, quiere decir que he conseguido acercarte un poco a comprender la esquizofrenia.
Es cierto que los delirios vienen por otras causas además de la esquizofrenia. Aún así, la historia de los trastornos mentales ha sido inevitablemente ligada a la historia de la esquizofrenia. El delirio siempre ha tomado el lugar de honor entre todas las muestras de la locura.
Cuando pensamos en un loco, probablemente nos imaginamos a alguien que se cree "Napoleón", o que asegura que está siendo abducido por extraterrestres. Durante siglos, estar loco significaba tener delirios y viceversa.
Un delirio es una creencia fija que es falsa o proviene de la fantasía, y a la que el individuo se aferra a pesar de la evidencia en contrario, o de lo que todo el mundo cree.
Existe controversia sobre esta definición, ya que la frase "a pesar de lo que casi todo el mundo cree" implica que una persona que cree en algo que la mayoría de los demás no comparte es un candidato para ser calificado como loco. Se puede calificar como delirio simplemente una idea que un médico o psiquiatra evalúa como falsa, ya que parece poco probable, extraña o se mantiene con excesiva convicción.
Una persona delirante está absolutamente segura acerca de su idea delirante. Para entender mejor esto, imagínate que un día vas al trabajo y al llegar a tu escritorio descubres que has sido sustituido/a. Hay alguien está trabajando en tu lugar. Cuando te giras para hablar a tus compañeros demandando una explicación, nadie te reconoce. Te dicen que nunca te han visto y que nunca has trabajado allí. Al continuar con la discusión tratando de hacerles entender que tú trabajas allí de toda la vida, llaman al guardia de seguridad quien te echa a la calle. ¿Cómo podría convencerte alguien de que tú realmente nunca has trabajado allí cuando estás tan convencido/a de que lo has hecho toda tu vida y que además conoces a todo el mundo en la oficina?
¿Por qué se producen delirios?
Hay varias explicaciones, pero ninguna de ellas es completamente satisfactoria. Von Domarus (1944) sugirió que los delirios se originan debido a un fallo de nuestro razonamiento lógico. La gente aplicaría el razonamiento aristotélico de la manera incorrecta. He aquí un ejemplo:
La Virgen María era virgen.
Soy virgen.
Luego yo soy la Virgen María.
Durante un tiempo los psiquiatras pensaron que la gente tenía delirios porque sus procesos de pensamiento iban en la dirección equivocada. Esto se ha demostrado falso. Parece que la gente normal tampoco aplica los principios lógicos muy bien cuando razona.
En varios estudios sobre pensamiento lógico y razonamiento de probabilidad, los psicólogos descubrieron que las personas con perturbaciones mentales no solo razonaban igual de bien que la gente normal, sino que para colmo llegaban a la solución mucho antes que ellos.
Existen numerosos experimentos que demuestran que las personas normales pueden llegar a conclusiones erróneas e incluso a creencias irracionales cuando se enfrentan a condiciones extrañas.
Por ejemplo, se hizo creer a algunas personas que habían viajado a través del tiempo y del espacio de manera sobre natural. En este experimento, algunos estudiantes viajaban en coche por el centro de España, en mitad de la carretera se les presentaba una extraña nube de humo. Se añadieron también algunos efectos de luz para hacer parecer la situación más "paranormal". De las cuatro personas en el coche, tres sabían lo que estaba pasando y eran cómplices del experimento y sólo uno de ellos era el sujeto experimental. Inmediatamente después de que pasaran a través de la nube se detuvieron en una gasolinera para llenar el tanque y comprar algo de comer. La estación de servicio había sido modificada al completo para que que pareciese una gasolinera alemana de 20 años atrás. Los productos de los estantes habían sido etiquetados a tal efecto con las fechas correspondientes. Los periódicos que se podían encontrar en el mostrador también iban acorde con la situación. Los trabajadores de la estación eran todos actores de habla alemana.
Todos los sujetos experimentales llegaron a la conclusión por sí mismos que de alguna manera habían viajado a través del tiempo y del espacio cuando pasaron por la nube. Incluso cuando sus compañeros les contravinieron intentándoles hacer entrar en razón, se mantenían firmes a su creencia en lo paranormal y trataban de demostrarles que estaban equivocados utilizando el periódico, los carteles y las etiquetas de los productos de la tienda como pruebas.
Otros experimentos han demostrado que la mayoría de la gente presenta una preferencia común por explicaciones mágicas y misteriosas, y no por las explicaciones científicas.
Las teorías psicológicas modernas explican el delirio de una manera muy diferente. Las teorías atribucionales, por ejemplo, consideran que los paranoides, al igual que el resto de nosotros, intentan buscar explicaciones causales a sus experiencias. Existe una tendencia innata en los seres humanos a buscar una explicación de causa-efecto a todo lo que nos sucede. Maher dice que un delirio es producto del razonamiento normal, como cualquier otra creencia. El problema es que la persona está tratando de dar sentido a una experiencia poco común como, por ejemplo, las voces que oye un esquizofrénico en su cabeza. ¿Qué pensarías si escuchases a la gente hablando en tu cabeza, imagínate si realmente pudieras oír dichas voces o si tuvieras una extraña sensación de que puedes predecir todo lo que va a pasar después, como si tuvieses un déjà vu constante?
¿Dónde se traza la línea que separa las visiones religiosas de Santa Teresa de Jesús de las visiones de un esquizofrénico?
¿Sabías que muchos grandes artistas padecen esquizofrenia?
Espero que esta entrada te haya hecho cambiar tu opinión sobre la locura y que la próxima vez que llames a alguien "loco" te lo pienses dos veces, ya que si estuvieras en su piel, quizás la persona a la que llamarían loca serías tú.
Delirio de referencia: la persona cree que gestos o comentarios de los demás o mensajes en televisión o radio van dirigidos específicamente a ella.
ResponderEliminarTiene mucho que ver con eso que llaman ´misoginia¨ y sí creo que hay gente tan inteligente que raya en lo que es la ´locura¨, la linea divisoria es milimetrica.Un saludo y enhorabuena por tu blog
ResponderEliminarQue digo yo, así, metiendo un poco el dedo en la llaga...
ResponderEliminar1-Segun lo que he leido cualquier persona creyente en seres mitológicos (dioses, hadas, zodiacos y demás) sufren esquizofrenia. (Vamos, que eso no me pilla de nuevas, todos los creyentes a consulta)
2-Con respecto a lo de la gasolinera y aplicando Ockham: ¿Qué es más sencillo, que se viaje en el tiempo o ser victima de un experimento en el que existen complices, montaje, efectos especiales, actores y demás...?
No se, quizás en ese caso pensar en el viaje temporal sea más 'lógico-racional' que lo otro...
3-La preferencia a la explicación científica: ¿No será que es más sencilla como conmstructo mental por ser porque-sí en vez de necesitar una serie de conocimientos adicionales?
Perdón en el último punto: NO-científica quería decir!!!
ResponderEliminarLa diferencia técnica entre una idea sobrevalorada y un delirio es la siguiente. La idea sobrevalorada puede ser comprensible en el contexto de algunas situaciones, culturas o costumbres y puede ser corregible. El sujeto es capaz de aceptar la posibilidad de que su creencia puede no ser cierta. Así, las creencias en hadas, dioses, zodiacos y extraterrestres serían ideas sobrevaloradas, ya que son compartidas por un grupo social, y los individuos aceptan la posibilidad de que no sean ciertas.
ResponderEliminarEn psicopatología la distinción entre "loco" y "cuerdo" es algo arbitraria y depende mucho del contexto social en el que se aplique. Mientras en unas culturas determinados rituales y creencias pueden ser más o menos aceptados, en otras pueden considerarse delirios.
Por cierto, como ideas sobrevaloradas también se incluyen los fanatismos políticos y la creencia de que tu equipo de fútbol sea el mejor :o)
Las ideas sobrevaloradas son utilizadas a menudo por los políticos como forma de manipulación de masas y son mucho más peligrosas socialmente ya que son más difíciles de identificar como tales. Ejemplo: Hitler (hacer creer a toda una nación que los judíos son inferiores).
Me he pasado por tu blog y, aparte de ponerme a seguirlo desde ahora, te animo a que leas mi última entrada (4 de febrero de 2011). Da mucho que pensar. :)
ResponderEliminarEn realidad, todos esos mensajes que tu mandas no son sino malinterpretaciones de MIS mensajes a tu mente. Déjate de hacer el zángano y tráeme el zumo que te pedí
ResponderEliminar