Este artículo está basado en la Teoría Triangular de Sternberg del amor, que puedes leer aquí.
Sternberg hablaba de tres dimensiones en el amor, intimidad, pasión y compromiso. La mayoría de las relaciones duraderas de pareja son relaciones de compromiso e intimidad. Sin embargo mucha gente busca la emoción de sentirse enamorado y necesita la pasión para tener una relación. Cuando la pasión se acaba buscan otra relación.
Según Sternberg el encaprichamiento es un amor donde solo hay pasión. Es el llamado amor a primera vista. Te encanta la otra persona y solo piensas en estar con ella.
El amor fatuo da un paso más allá, añade el compromiso. Si te resulta familiar la frase: “¡Dios mío, se acaban de conocer y ya están viviendo juntos!”, entonces ya sabes lo que es el amor fatuo. Técnicamente se define como la conjunción de la pasión y el compromiso, es decir, la locura de comprometerte con alguien que apenas conoces.
A veces se habla de adicción al amor. He oído usar este término en al menos dos contextos distintos:
- Cuando una persona gira alrededor de su ser amado, quiere estar con él o ella por periodos cada vez más prolongados, lo controla, es incapaz de tomar decisiones por sí misma, pierde estabilidad emocional y siente miedo de estar sola. Cuando termina la relación, buscan urgentemente otra que les proporcione el cuidado y el apoyo que necesita. En este caso podría estaría rayando el trastorno de personalidad por dependencia.
- La otra se refiere a las relaciones amorosas adictivas que están basadas en el chantaje emocional, donde la manipulación es una de las consecuencias cotidianas: culpa al otro de las consecuencias de su abandono y en muchos casos, amenaza con suicidios, y si la pareja accede a mantener la relación en esas condiciones se establece un círculo vicioso de difícil solución. En este caso podríamos estar hablando de trastorno límite de personalidad.
Como en la mayoría de los trastornos de personalidad, la persona que lo padece a menudo no se da cuenta, y los que lo sufren son los de alrededor.
Según la clasificación de Millon, el trastorno dependiente de personalidad es de gravedad leve, mientras que el límite (también llamado borderline) es de gravedad alta.
Si alguno ha tenido alguna vez una pareja con trastorno límite de personalidad, no creo que se le olvide. Es de esas en las que te dejas el móvil en casa una tarde y cuando llegas tienes 20 llamadas perdidas con los consiguientes mensajes en escalada:
- SMS 1: “¿Dónde estás, qué haces?”
- SMS 2: “¿Por qué no respondes el teléfono?”
- SMS 3: “Si no quieres hablar dilo, pero no me hagas esto.”
- SMS 4: “No entiendo por qué no me coges el teléfono, si no puedes hablar me envías un mensaje y me dices que no puedes, pensé que habíamos quedado en llamarnos esta tarde…”
Luego abres el e-mail y el Facebook y más de lo mismo.
Antes de acusar a nadie de un trastorno de personalidad (porque comportarse así en alguna ocasión no implica tener un trastorno, todos perdemos la cabeza por amor alguna vez en nuestras vidas) ten en cuenta que los 11 trastornos de personalidad que hay (hay más, pero los científicos se ponen de acuerdo en 10-11 trastornos) comparten 3 características:
- Gran inflexibilidad a la hora de aprender a comportarse o relacionarse de manera diferente. (En general, la gente inflexible y rígida tiene mucha más propensión a padecer cualquier trastorno, no solo de personalidad).
- Frecuente existencia de acciones o comportamientos que fomentan círculos viciosos. (Cuando una persona repite el mismo patrón problemático de conducta varias veces… ¡alarma roja!)
- Gran fragilidad emocional antes situaciones de estrés (Es frecuente que cualquier trastorno o “neura” que tengas se agrave en situaciones de estrés. Ejemplo: época de exámenes).
Para terminar con un buen sabor de boca, hablemos del amor pleno según Sternberg. El amor pleno implicaría la combinación de intimidad, pasión y compromiso.
La pasión sucede o no sucede, para muchos es cuestión de magia, no se puede controlar. Es la química del amor.
El compromiso está relacionado con los objetivos de la persona en su vida, sus expectativas sobre la pareja, formar una familia, etc.
La intimidad es algo que se desarrolla con esfuerzo, con crecimiento personal y con buenas dosis de paciencia. Esta dimensión implica compartir deseos, sueños, ilusiones, confidencias, aceptar a la otra persona tal cual es, sin querer cambiar nada, comprenderla, escucharla, atenderla. La intimidad está muy relacionada con la capacidad empática de la persona y con su inteligencia emocional.
En definitiva, suponiendo que se dé la pasión suficiente, el amor pleno requiere trabajo en pareja así como individual. Cuanto más evoluciones como persona más capaz eres de amar y de conseguir junto con tu pareja la relación ideal que tengais en vuestras cabezas.
Los ideales que tenemos sobre una relación vienen de nuestra educación, los cuentos de Disney o de lo que hemos aprendido o visto, pero la relación perfecta jamás existe al iniciar una relación, es algo que se construye. No existen dos piezas que encajen perfectamente, existe el potencial de encajar dos piezas perfectamente, terminar de encajarlas o no, es algo que depende de dos.
muy bueno este articulo, gracias
ResponderEliminarmuy interesante!!!!
ResponderEliminarUna consulta..la pasiòn debe darse del momento cero??...es algo totalmente involuntario?...Necesito la respuesta para crecer como persona...
ResponderEliminarla pasion nace desde el primer momento es la chipa invisible del amor
EliminarExcelente
ResponderEliminarEl amor es compomiso
ResponderEliminarLa pasiòn es el actuar por instinto.ayudado del deseo del otro.
La intimidad es empoderarnos de nuestro propio persona... ser pleno en compañia de nuestro pareja